viernes, 29 de julio de 2011

Detrás del espejo de un Gym. (Parte 1)



En mi paso por varios gimnasios durante más de 10 años –interrumpido a veces por largos periodos de meses- he visto ir y venir a muchísimas personas con diversas metas y resultados. Desde quien se entrena para una competencia de fisicoculturismo, artístas, amas de casa, stripers, bailarinas exóticas y personas de la tercera edad.

Todos con diferentes vidas privadas, metas y razones para asistir a un gimnasio.

Mitos, dudas, productos milagrosos, ciencia, charlatanería, marketing… se mezclan en los ambientes del lugar que todos deseamos dominar, pero pocos obtienen lo que buscan ¿por qué?. Vayamos paso a paso desde la llegada de un nuevo socio al Gym.

1.- “No quiero un cuerpo exagerado, se ven horribles”

Es bastante curioso que un nuevo socio diga algo así. Ciertamente, en mi opinión, se ven deformes –hombres y mujeres- que llegan a esos extremos, pero tranquilo estimado lector, eso lleva años y años de entrenamiento y sustancias. Créeme, si no te dedicas al fisicoculturismo, ni estás dispuesto a entrenar entre 4-6 horas diarias -entre otra muchísimas cosas-; en tu vida vas a quedar así.

2.- “¿Qué complementos me recomiendas para acelerar mis resultados?”

Recuerda que los instructores de los gimnasios viven más de los entrenamientos personalizados y de los productos que venden, que de lo que les pagan. ¿Productos? Miles ¿funcionan? Muy pocos. Hay desde supositorios para expulsar grasa del cuerpo, “chocomilks”, hormonas, esteroides y muchas otras sustancias que si no son administradas correctamente, te vas a meter en problemas, MUY, MUY GRAVES. Todos los “chocomilks” en polvo –así se les dice por sus sabores- que vienen en botes grandes con letras vistosas y la foto de un wey mamadísimo, normalmente no sirven para nada. Ninguno de esos productos están avalados por los organismos de salud de Estados Unidos, (FDA) que es el país de donde provienen ¿por qué? porque ninguno ha sido elaborado a partir de investigaciones científicas que avalen los resultados que prometen en los empaques. ¿Qué complemento te recomiendo tomar? ¡ninguno! no gastes tu dinero. Si aguantas asistir a un gym regular y disciplinadamente un año; entonces, quizás entonces, pudieras pensar en usar alguna sustancia más específica, aún así estimado…no te lo recomiendo. Dicho lo anterior, y partiendo de que no le meterás BASURA a tu cuerpo:

3.- ¿Cuál es la fórmula para conseguir un cuerpo de revista?

Sí, la hay; aunque dicha “fórmula” tiene muchos más ingredientes de los que te puedas imaginar ¿estás preparado? Aquí vamos…

a) Disciplina. Asistir AL MENOS 5 días de la semana 1 hora y media, lo ideal es asistir 6 días a ENTRENAR; no a platicar, no a socializar, no a ligar, no a escuchar música en tu Ipod, no, no, no ¡a entrenar cada minuto! Si lo que buscas es conocer gente ¡métete a Facebook! pero no obtendrás un cuerpo de revista. Tú decides.

b) Técnica. Ejercicios estrictos. En los gimnasios llega mucho “farol”. Quien entrena correctamente no asiste por presumir el peso que levanta. Puedes lograr grandes resultados con poco peso y una técnica muy estricta, realizando correctamente cada ejercicio. Debes ser muy duro contigo mismo y realizar cada serie de ejercicios completa y en la postura correcta, para ello debes obtener la ayuda del instructor del Gym –esperando que sea alguien con conocimientos. También puedes buscar información y videos en internet-. ¿Sabes? Si realizas mal el ejercicio, es como si no hicieras NADA. Cuando domines la técnica, podrás ir paulatinamente subiendo el peso, ya que eso te ayudará –en gran parte- a subir masa muscular.

c) Dieta. Si no estás dispuesto a llevar una dieta, mejor no vayas al Gym, ni gastes tu dinero. Por cada ejercicio que hagas, lo vas a recuperar en esos deliciosos tacos de carnitas con su cebollita picada, o aquellos huaraches que se doblan de lo bien servidos que están. Es indispensable llevar una dieta, para ello, te recomiendo acudir con un NUTRIÓLOGO CERTIFICADO, no te vayas a meter con los famosos dietistas –que sí le dan resultados a algunas personas- que te ponen piedras en las orejas y rezas de cabeza a medianoche. Los avances de la humanidad han sido resultado de la CIENCIA, no de charlatanes. Confía en la ciencia estimado. También hay muuuchos instructores de gimnasios, que se sienten médicos o nutriólogos egresados de Harvard, ten cuidado. Acude a un nutriólogo serio.

d) Paciencia. Los resultados para lograr un cuerpo como el de galán/galana de telenovela, lleva meses, a veces años. Cada cuerpo es diferente, con diferentes características; por consecuencia, cada cuerpo obtiene resultados en tiempos distintos. Hay cuerpos que reaccionan muy rápido, otros no. Los resultados VISIBLES en un Gym son a MUY LARGO   PLAZO. Paciencia estimado, mucha paciencia.

e) Atacar la grasa. Muchas personas piensan que sudar es sinónimo de perder peso; pues sí, efectivamente pierdes peso, ¡pero en agua! No en grasa necesariamente –que es la importante-. Lo que sudas lo vas a recuperar al hidratarte. ¿Sudar es bien rico? pues sí, pero para eso, mejor teniendo sexo que en un Gym ¿no?. Es importante realizar –paralelamente al gym, que es un ejercicio anaeróbico- un ejercicio aeróbico, como correr, spinning, elíptica, aerobics, etc. Pero, siempre controlando el tiempo y tu ritmo cardiaco –existen tablas y aparatos, de acuerdo a tu edad y peso- para optimizar la quema de grasa. En un gran número de personas (repito, depende de cada caso distinto) las quema de grasas se lleva a cabo DESPUÉS de 40 minutos de ejercicio aeróbico. Recuerda que aunque aumentes masa muscular, si la capa de grasa que envuelve al músculo es gruesa, no podrás lucirlo, por eso es importante reducir –saludable y no exageradamente- esa capa de grasa mediante un ejercicio aeróbico. 

f) Genética. Todos tenemos diferencias en: complexión, estructura ósea, masa muscular, grasa, altura, etc. Ejemplo: el tamaño de los glúteos es algo complicadísimo de aumentar en un Gym, más no imposible. Hay personas con mejores glúteos que otros, combinación del tamaño del músculo en esa zona y de la grasa repartida ahí. Alguien que tiene “nalgas de mejoral”, le va a costar años para levantar 1 milímetro de trasero. Lo mismo sucede con el busto –grasa en su mayoría- . ¿Qué hacer entonces? Mi recomendación es sacarle el mejor partido a las muchas o pocas cualidades que consideres que tiene tu cuerpo. Si no tienes buenos glúteos; sácale partido a tu abdomen, piernas, pecho, brazos, y sigue trabajando especialmente esa parte en la que no fuíste “agraciado”, no te des por vencido…NUNCA.

¿Lo anterior es la fórmula “mágica” para alcanzar un cuerpo de revista? Quizás no al 100%, porque esos modelos usan esteroides, se deshidratan unos días antes de la sesión de fotos, retocan las imágenes, etc., pero sí podrás alcanzar un cuerpo del que te sentirás orgulloso y saludable ¿con eso te sobrarán las parejas? sobrarte, es parte de otra historia; pero de que tendrás más posibilidades ¡seguro!

No soy instructor, nutriólogo, o médico del deporte, soy como tú…un ciudadano común.




sábado, 23 de julio de 2011

Una visita al Infierno antes de morir. (Parte Tres)



Tan pronto entramos, se pusieron de pie 2 reclusos dentro de la celda, mientras me preparaba para defenderme con el poco valor que me quedaba, escuché la reja que se cerraba a mis espaldas. Sabía que estábamos a merced de quién sabe quiénes y cuántos, no podíamos escapar a ningún lado ya.

Uno de los que se levantó nos dijo a cada uno con voz alta y firme: “¿tú nombre carnal?”, respondimos. En medio de la oscuridad de la celda, usó un encendedor para alumbrarse el brazo; tenía dos nombres anotados y dijo con voz más tranquila: “no, no son esos hijos de la chingada”. Alguien más gritó:”siéntense donde puedan carnales, no les vamos a quitar nada”. Es muy probable que haya sido una de las frases más tranquilizadoras que he escuchado en mi vida.

Me senté en el piso, me recargué sobre lo que parecía una cama de lámina. Poco a poco me fui acostumbrando a la oscuridad y pude distinguir 4 literas de lámina pegadas a los muros laterales, 2 de cada lado. La celda –“cantona” de aquí en adelante- medía aproximadamente 2.5 metros de frente por 3 de largo. Esa noche de nuestra llegada éramos 10 adentro de nuestra cantona. En una esquina había un excusado, tapado, casi rebozando el excremento, en la otra esquina un pequeño espacio que se usaba como regadera y para orinar. Ya no salía agua, ni en la regadera, ni en el excusado. El olor de la mariguana de 2 “carnales” lograba disimular el asqueroso olor del excusado y los orines.

De pronto nuevamente se abrió la reja de la cantona y entraron dos más. Se puso de pie “George”, el de los nombres anotados en el brazo, antes de que pudiera decir nada, uno de los recién llegados gritó hacia uno de las literas superiores:”a ver hijo de tu puta madre, te me bajas de ahí en fa’ o te bajo a putazos…¡órale cabrón!” el sorprendido carnal que estaba acostado en esa litera se bajó rápidamente ante la órden. Todo el mundo quedó callado y se subieron a su litera los “nuevos”. “George” le preguntó al agresivo “¿eres El Chiquis?” – “¿qué te pasa hijo de tu puta madre?” respondió gritando desde su litera –“¡tranquilo wey! Soy “El George” ¿no te acuerdas de mi? Ya estuvimos en *C.O.C.” 

*Centro de Observación y Clasificación. La primer zona que pisas en un Reclusorio es INGRESO –donde nos encontrábamos- después pasas a C.O.C. y cuando te dictan sentencia te trasladan a POBLACIÓN, una pequeña ciudad dentro del Reclusorio que dicen que actualmente alberga aproximadamente ocho mil…el Reclusorio fue diseñado para dos mil reclusos.

“’¡Ah neta! No te reconocí carnal” respondió amablemente “El Chiquis”. Intercambiaron frases, algunas anécdotas y cigarros de mariguana. Mis pensamientos estaban con mi esposa, mi hijo y la vida que acaba de dejar para siempre, me rodaban en silencio las lágrimas. “¿Está cansado?” preguntó “El Chiquis” al “George” refiriéndose a mi desde lo alto de su litera. Mi cuerpo se tensó de inmediato y me preparé para todo. “Acaban de llegar también” dijo “George”- “están chidos tus tenis…déjame verlos” 

*Una de las primeras cosas que te quitan –por la buena o por la mala- en un Reclusorio son los tenis en buen estado, sobre todo si son de marca. Es muy común que pasen por varios reclusos antes de llegar a su “dueño” final, pero…yo no lo sabía. Los míos eran unos Adidas de 1,500 pesos, seminuevos)

Le aventé uno de mis tenis con seguridad y clavé mi mirada en ´”El Chiquis”. “¿Y a poco te aventarías unos fierros por ellos?” (¿Fierros? … ¿qué es eso? supongo que será dinero, quizás me los quiere comprar. Un dinero no me caería mal; pensé) “¡A huevo!” le respondí con tono de “no seas pendejo”. Me regresó mi tenis.

*1.- Después me enteré que los nombres que “George” tenía escritos en el brazo, eran de unos violadores que esperaban ser trasladados al Reclusorio esa noche y los estaban esperando para darles la “bienvenida”. 2.- “Darte unos fierros” quiere decir…pelearte. Sin saberlo, había mostrado una gran valentía –que no sentía, sino todo lo contrario- por haber confundido “fierros” con dinero.

No dormí. Ha sido la noche más larga, triste y amarga de mi vida. Sólo pensaba en la soledad de mi pequeño hijo de 6 años. ¿Quién jugará con él?¿quién lo llevará al médico cuando tenga fiebre?¿quién morirá por él trabajando, para llevarle lo necesario cada día?¿por qué Dios me está castigando de esta manera?¿qué hice para recibir eso? ¿cuántos años estaré aquí?. Pensé en el suicidio.

Mis pensamientos, mi miedo, los miles de moscos, el hambre y sobre todo el frío no me permitían siquiera conciliar el sueño 5 minutos. Rogaba porque amaneciera y no sucedía. “George” y “El Chiquis” se la pasaron platicando toda la noche y fumando mariguana. 

*El acento con el que hablaban era idéntico al usado en la película “Nosotros los pobres” de Pedro Infante, siempre había creído que lo habían exagerado para el filme, pero no, es real, así hablan dentro de un Reclusorio. 

Traía puesta una camisa de manga corta de algodón muy ligera, por más que trataba de evitarlo, temblaba del frío. La única frase que me repetí toda esa noche fue : “¿por qué?...¿por qué?...¿por qué?”

Se abrió la reja de la cantona y gritaron: “¡Orale cabrones ,al patio perros! ¡Pero ya hijos de su puta madre, aquí ya valieron verga!”

Bajamos a un patio que se asemejaba al de una escuela pública abandonada en pésimo estado. Aún estaba oscuro, pocas luces lo iluminaban. Un tipo defecaba a la mitad de la plancha de concreto, en medio de unos 300 reclusos que empezaban a reunirse en grupos, otros solitarios, otros en parejas con miradas feroces y clavándote sus ojos directamente a los tuyos, con una expresión de ira y reto.

De pronto escuchabas el impacto de unos puños en un cuerpo y alguien caía agarrándose la cara y en unos segundos le quitaban sus tenis o zapatos. Se repetía esa escena, 5, 6, 7…perdí la cuenta.

Me había equivocado; la cantona era un lugar seguro en comparación con el patio. La adrenalina empezó a subir por mi cuerpo, mis latidos, mi mandíbula se tensó y le dije a mi amigo: “aquí se va a poner de la chingada Noé, al primero que se nos acerqué sobre él o ellos, a matar, ya estamos adentro, chingue su madre si nos meten más años…a matar”. Mi amigo estaba en shock, sus ojos reflejaban el miedo de un niño a punto de llorar y casi le grite: “¡aquí no te me rajes cabrón! Necesito de ti ¡carajo!” él se agarraba la cabeza como intentando escapar de su realidad. Me sentía solo a pesar de estar acompañado. ¿Dónde había quedado ese tipo que me platicaba que se peleaba en su bar?¿dónde estaba aquél que había “descontado” a no sé cuántos por no querer pagar la cuenta?...se había esfumado, esa madrugada se había convertido en un infante que estaba a punto de gritar por su madre.

Para ese momento yo estaba furioso por la actitud de Noé. Estaba desencajado pensando: “Pinche hocicón, aquí es donde te quería ver cabrón cobarde”, mi enojó era tal que podía matar, iba a matar si fuera necesario.

Nos encontrábamos sentados, recargados en un muro del patio, titiritando de frío. Una pareja de reclusos nos clavó la mirada desde medio patio y se dirigía a paso rápido hacia nosotros, no parpadeaban; nuevamente sentí esa sensación de infinito miedo, pero al mismo tiempo había una furia dentro de mi mente que me gritaba: “antes de morir me voy a llevar a uno conmigo”. Dejé de parpadear, clave mi mirada en uno de ellos, sentía cómo una expresión de odio se apoderaba de mi rostro, más como una reacción extrema de mi miedo que de valor, debo confesar. A unos 2 metros de nosotros, uno de ellos abrió desmesuradamente los ojos , se detuvo repentinamente como si hubiera visto un fantasma, me señaló y dijo: “tú ya estuviste aquí…¡a mi no me engañas!”

(Continuará)

jueves, 21 de julio de 2011

Erase un país corrupto.



Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, existía un país bellísimo, con grandes paisajes, gran riqueza natural y cultural. Pero en la era moderna TODOS sus habitantes habían convertido a ese hermoso país en el más corrupto del mundo.

Todo se manejaba en base al chantaje, velada o descarada. Se culpaban unos a otros, y a su vez todos se decían honestos. Nadie quería aceptar que todos contribuían a la debacle de su país.

Sin embargo, y a pesar de la corrupción, ese país se negaba a morir. Todo el sistema se detenía en hilos y alfileres., era frágil, muy frágil. Cada determinado tiempo llegaba un hombre a prometerles un verdadero cambio, la mayoría de sus ciudadanos se animaban y soñaban en que finalmente las cosas mejorarian, pero no, nunca cambiaba, todo seguía igual. Los habitantes de ese país no cooperaban con su nuevo líder, todos querían que perfeccionara al país por arte de magia, sin esfuerzos, sin sacrificios. Al ver el líder la apatía de sus compatriotas, olvidaba todo y ya no se esforzaba por mejorar.

Otros terminaban engañándolos, enriqueciéndose y abandonando al país a su suerte.

Múltiples agrupaciones se aprovechaban de la sed de un héroe y constantemente cada uno fabricaba un nuevo dirigente que convenciera a los habitantes. Esos grupos se decían oponentes, pero en realidad eran cómplices tras bambalinas, pero le hacían creer a los ciudadanos que eran enemigos y provocaban que los habitantes se dividieran y pelearan, así, ellos podrían siempre dirigir parte del país y seguir recibiendo un pago por gobernar su parte del territorio.

Pasaron muchas décadas así y nada cambiaba, hasta que un día, los ciudadanos decidieron dejar de pelear entre ellos y ya no creerles a esas agrupaciones. Se UNIERON, pero no sabían cómo empezar a mejorar las cosas, la corrupción era un gran problema que no parecía tener solución. Cada autoridad que debía castigar a los ciudadanos corruptos ¡también era corrupta!. Entonces los ciudadanos decidieron crear nuevas instituciones que vigilaran a las autoridades corruptas, pero, pronto la corrupción igualmente se apoderó de ellas. Era una historia sin fin.

De pronto, un habitante tuvo una idea y dijo: “¿Y si nos cuidamos unos a otros todos los ciudadanos?”

Nadie entendía, otros se burlaban, unos más le decían: “¡eso ya lo hicimos antes y no funcionó!”, él respondió: “esta vez, empezaremos con las pequeñas cosas, déjenme explicarles”

“Los grandes fraudes y casos de corrupción son muy difíciles de controlar, de comprobar y de castigar, porque criminales y autoridades están coludidas. El sistema de nuestro país y sus leyes están hechos para que los corruptos siempre salgan libres, nunca hay pruebas suficientes. Así es que tendremos que empezar por las cosas más pequeñas y más sencillas. Las que suceden en las calles, con los ciudadanos comunes, con la corrupción hormiga que hay en los lugares públicos. Dejaremos a los grandes criminales por ahora, empezaremos a cambiar a los ciudadanos comunes y corrientes. Haremos leyes sencillas para combatir la corrupción pequeña, pero que sumada, es inmensa.”

“¿Qué propones en concreto?” preguntaron todos.

“Muy sencillo. ¿Todos tenemos un teléfono celular verdad? Pues de hoy en adelante, bastará con grabar en video a un microbús que se pase un alto, que conduzca a exceso de velocidad, que no realice las paradas en los lugares establecidos, etc. para que se le confisque su vehículo durante 1 año, parece mucho ¿verdad? pero una cosa es segura: no lo volverá a hacer. Lo mismo haremos con todos los actos ilícitos pequeños que suceden en la ciudad, el castigo será muy duro y alto por las más pequeñas faltas. Todos los ciudadanos podremos enviar nuestros videos a la autoridad por internet a una página llamada “TuCorrupción” , así todos podremos verificar su contenido, servirá como prueba irrefutable para castigar a quien viole la ley en cosas que antes parecían inofensivas. Podremos enviar un video de quien vende en la calle sin permiso, de quien se estaciona en lugar prohibido, del policía que pide mordida, del que tiró basura en la calle, de quien no respeta un semáforo, etc.”

“¿Por qué estás tan seguro que nos denunciaremos entre nosotros?” alguien gritó.

“Los habitantes de este país somos personas muy envidiosas, y por alguna extraña razón, siempre deseamos que le vaya mal a todos y que nosotros seamos los únicos exitosos. Entonces usemos esa actitud negativa, en algo positivo. Todos nos cuidaremos de todos, todos buscaremos ansiosos a quien cometa un ilícito. Todos sabremos que nos vigilan. Pasarán los años, y nuestros hijos crecerán con esa costumbre de no infringir la ley por miedo a ser denunciados por nuestro propio vecino.”

“Con el paso de las décadas, nuestros hijos serán ciudadanos ejemplares. Nadie querrá cometer un ilícito por miedo a ser denunciado por la persona que está a nuestro lado, habremos educado a un nuevo ciudadano más responsable y honesto. Algún día ellos llegarán a ser los integrantes del gobierno y tendrán muy dentro de ellos una actitud distinta a la nuestra. Después de muchos años, algún día, los habitantes de este país, acostumbrados a necesitar de la corrupción…desapareceremos poco a poco.”

Alguien dijo: “La verdad no me gustaría salir a la calle con miedo de que alguien me denuncie por cualquier cosa. Me sentiría vigilado, observado, ufff , no ¡qué terror!”

“Sé que así será al principio, pero ¿por qué te preocupas? Lo único que tienes que hacer es no violar la ley, punto. Eso nos obligará a informarnos y a conocer las leyes y reglamentos. Si conoces lo que NO debes de hacer, no te pasará nada. Pero, si lo que deseas es seguir violando la ley, tendrás consecuencias muy, muy graves por las cosas más pequeñas.”

Todos guardaron silencio.

FIN.

martes, 19 de julio de 2011

Una visita al Infierno antes de morir. (PARTE 2)


Bienvenidos al Infierno. El hotel más caro del mundo.

Durante todo el trayecto, en el interior de una camioneta cerrada y a oscuras, lloré rogándo despertar de esa pesadilla, el aire me faltaba de los sollozos. No podía creer lo que me estaba pasado: ¿por qué a mi?¿qué hice? Pensaba en mi hijo de 6 años y en mi esposa.

Podía escuchar a los demás llorando también. Después de un largo trayecto, pudimos escuchar que habíamos llegado. Para entonces miles de ideas habían cruzado por mi mente..ideas verdaderamente aterradoras. En ese momento de algún lugar de mi interior brotó una expresión de coraje e indignación y dije casi gritando: “¡Ya estuvo! ¡Ya lloramos...que no nos vean llorar allá adentro, sólo nos queda sobrevivir, tratemos de estar juntos y defendernos entre nosotros, sólo nos tenemos a nosotros mismos!”

Apreté tanto como pude las mandíbulas, se abrieron las puertas del vehículo y nos bajaron. Teníamos al frente unas puertas inmensas de lámina que se abrieron. Nos recibieron 2 custodios, con más cara de delincuentes que de oficiales del órden:

“¡A ver hijos de su puta madre! Aquí ya se los cargó la chingada. Los vamos a traer a pan y verga.!”

Nos pidieron desnudarnos en un pequeño cuarto a cada uno por separado en el que había un cerro de ropa. Nos quitaron agujetas y cinturones -en el Bunker nos habían quitado nuestras pertenencias de valor y entregado a nuestros familiares- nos prohibieron meter ropa interior y nos obligaron a tomar una camisa distinta a la nuestra de las que había tiradas.

Todo lo anterior en un espacio amplio que parecía un estacionamiento-recepción , después nos formaron en fila frente a una gran rampa de acceso que se elevaba. Con lujo de agresividad, groserias y gritos, nos obligaron a hacer sonidos como de un elefante, tomados de la parte trasera del pantalón de quien iba enfrente de nosotros en la fila. Uno de nuestros brazos haría la función de la trompa mientas subíamos la rampa. Podía escuchar las risas de los custodios.

Mi corazón latía al máximo, no sé si de impotencia, rabia o miedo. Creo que era una aterradora mezcla de todas. Pero sobre todo, la humillación de la que éramos objeto.

Pasamos varias casetas de control, pasillos al aire libre semioscuros. El olor a orines mezclado con concreto era ya una constante. Todo el ambiente era semioscuro, excepto las casetas de control. Me costaba trabajo mantener mi sentido de la ubicación. Todo me parecía muy similar a los edificios de escuelas secundarias públicas en mal estado.

Llegamos a un pasillo amplio un poco más iluminado, a un maltrecho escritorio con 3 personas civiles, ninguno era custodio, ahí nos tomaron nuestros nombres, un médico nos “revisó” en 30 seg. a cada uno, tenía aspecto de criminal más que de hombre de ciencia. Llegó un tipo jóven, muy bajito, vestido de pantalón y camisa color beige al que llamaron “estafeta”. Uno de los tipos del escritorio le dijo al jóven: “Estos dos tienen que estar juntos, son causa” señalándonos a mi amigo y a mi.

El “estafeta” nos guió por unas escaleras a un primer piso, luego a un pasillo que daba a un patio también a oscuras, ahí se encontraban unas 6 celdas, todo el trayecto en una oscuridad en la que apenas podiamos distinguir por dónde caminábamos. Mi corazón se aceleraba cada vez más, mis piernas no me respondían y temblaban como jamás pensé que sería posible, el estómago me traicionaba y sentía que en cualquier momento vomitaría, el olor a orines, sudor, concreto y mariguana eran intensos.

Nos detuvimos frente a una celda, no se podía ver nada al interior de los barrotes, de los que colgaban pedazos de tela, cartón y ropa. Abrió el candado, se abrió la puerta de barrotes; en el interior sólo se percibía la oscuridad más inmensa, volví a apretar las mandíbulas para impedir que el terror me traicionara, sólo pensé: “Sé que voy a morir Dios mío, ¡cuída a mi hijo por favor!...pero antes  me voy a llevar aunque sea a uno conmigo al infierno ¡voy a morir!”

No, no iría al infierno...ya estaba en él.

Continuará...


Nota del autor:

Escribí la presente columna el 21 de Febrero del 2011. Mi historia sucedió hace 3 años y medio. Para estas fechas todos sabemos que hay una película/documental mexicano llamado “Presunto Culpable”, por lo que estoy consiente que habrá comparaciones y sospechas sobre los motivos del tema de mi narración. Sé que me expongo a ser calificado de oportunista. No sé si ayude o no esta afortunada o desafortunada coincidencia; pero una cosa sí te puedo asegurar estimado lector...necesitaba contar mi historia.

Una visita al Infierno antes de morir. (PARTE 1)


1er Acto: Desde la ventana de mi negocio de Internet y Video, veo al otro lado de la calle un inmenso operativo a un bar. Judiciales, cámaras de TV, personas con batas blancas, grupo especial policiaco muy numeroso con armas largas.

2do Acto: Al ver salir esposado a un amigo -dueño del bar- con las cámaras siguiéndolo, y escoltado por unos 6 judiciales, bajé del primer piso de mi negocio, crucé la calle y desde la banqueta como a 4 metros de él, le pregunté si deseaba que le avisara a alguien.

3er.-Acto: Un judicial me pregunta quién soy; le respondo que tengo mi negocio enfrente y que avisaría a los familiares del detenido, acto seguido, muestra su arma y me sube a su patrulla.

¿Cómo es posible que en México te puedan subir a una patrulla de manera autoritaria y sin ninguna justificación?¿por qué razón te detienen sin ninguna orden aprensión?¿qué derechos tenemos los ciudadanos contra los abusos de las fuerzas del orden?

Fin de mi último día libre aquel sábado 1 de Junio. Bienvenido a la antesala del infierno...esta es mi historia.

En un cuarto en el interior del “Bunker” (la sede de la Procuraduria General de Justicia del D.F. ) me encontraba con otros cinco desconocidos -nunca en mi vida los había visto- y mi amigo Noé. Después de infinitas ocasiones en las que diferentes personas nos preguntaron porqué estabamos ahí y nos pidieron información personal, entró una persona que portaba una placa dorada con una cadena en el pecho, supóngo que era un judicial y dijo: “todos ustedes son una banda”, a lo que respondí : “perdón, yo no conozco a ninguno de ellos excepto a Noé”- “¡cállate cabrón! , ¿te he preguntado algo a ti pendejo?”, me gritó. Me quedé callado. “Ya se los cargó la chingada, todos los 6 son Causa”. ¿Qué quería decir eso de Causa? Me preguntaba.

Ahora, cada vez que veo en los noticieros de la televisón que atraparon una banda de delincuentes no puedo sino dudar de que se conozcan entre ellos.

Llamé por celular a un amigo que es abogado; investigó y después de varias llamadas me dijo: “Lo siento Mark, estuvíste en el lugar equivocado. Un conocido mío llevó a cabo ese operativo, los van a acusar de algo muy grave: Corrupción de Menores, quizás Noé sí está metido en un problema gravísimo, a tí en 48 horas deben dejarte salir, tranquilo, pero... debo decirte que no puedo llevar tu caso, lo siento”. Me colgó.

Algunos abogados han tenido puestos dentro de las instituciones de gobierno, han creado relaciones y vínculos entre ellos. Hay favores qué pagar o qué cobrar. Muchas veces no se arriesgan a quedar en una situación incómoda entre cliente y colegas profesionales, en otras, usan esos contactos para hacer un gran negocio de las desgracias ajenas.

Después de 3 horas, tomarnos huellas, fotografías, datos y una revisión médica, nos llevaron a unas celdas en un sótano. Pasamos la noche y gran parte del domingo ahí. Por la tarde nos tomaron declaración y pude ver a mi esposa, le dije que se tranquilizara, que “el que nada debe, nada teme”. Me sorprendió muchísimo ver información personal mía en la declaración de los agentes judiciales. ¿Cómo la habían obtenido?

Uno de los errores que comentemos quienes pensamos que vivimos en un país de leyes y de instituciones de justicia honestas, brindamos nuestra información de manera inocente a cuantas personas nos lo preguntan dentro de sus instalaciones, ya que, “debemos cooperar con la autoridad”, brutal error. No se debe decir nada, hasta no ver a tu abogado.

Una representante de la CNDH del DF nos tomó una declaración, en la que expuse mi inconformidad por estar detenido ahí de manera injusta. La respuesta que recibí fué: “Ok...lo checamos, no se preocupe”. Jamás hizo nada.

La CNDHDF no sirve de absolutamente nada.

Por la noche nos revisó de manera más minuciosa otro médico, pero íbamos esposados. No entendía la razón. Nos llevaron a un estacionamiento y nos dijeron: “Van a salir señores, quizás vean a sus familiares en la calle antes de subir al vehículo, es mejor que no hagan un escándalo, traten de tranquilizar a sus familiares y no les hablen, no les hagan pasar por un peor momento...van a ser trasladados al Reclusorio Norte”

Se nos acusaba de Corrupción de Menores por supuestamente vender bebidas alcohólicas a menores de edad. Habían realizado operativos en diversos puntos de la ciudad...(continuará)

Nota del autor:escribí este artículo el 21 de Febrero del 2011. Mi historia sucedió hace 3 años y medio. Para estas fechas todos sabemos que hay una película/documental mexicano llamado “Presunto Culpable”, por lo que estoy consiente que habrá comparaciones y sospechas sobre los motivos del tema de mi narración. Sé que me expongo a ser calificado de oportunista. No sé si ayude o no esta afortunada o desafortunada coincidencia; pero una cosa sí te puedo asegurar estimado lector...necesitaba contar mi historia.

El camellero de Giza en El Cairo

 
Estar al otro lado del mundo no es poca cosa…y en un país árabe ¡menos! Pero no por ello, menos mágico y maravilloso. Debo confesar que de todos los viajes que he realizado por el mundo (he pisado los 5 continentes) Egipto es el único que llenó y súpero por mucho todas mis expectativas.

He estado frente a la estatua de la libertad, la torre Eiffel, la muralla China, el gran buda acostado en Tailandia, la Opera House en Australia, la pirámide de Kukul-Kan y nada…nada me había maravillado y dejado con la boca abierta como las pirámides de Giza. Por cierto, soy arquitecto.

Aquél día nuestro guía Usama, nos dijo que estaríamos 2 horas en las pirámides de Giza para después dirigirnos al lugar donde hacen los papiros. Me negué; le dije que no había cruzado el mundo para estar 2 pinches horas frente a la última maravilla del mundo antiguo de pie. Se molestó mucho, casi al borde de gritarme, me dijo que era parte del itinerario, que después iríamos al Museo del Cairo (donde se encuentra la famosísima máscara de TutanKhamun). Le dije que iría por mi cuenta y me respondió retadoramente: “esto no es occidente Mark, te recuerdo” a lo que reviré: “le he dado la vuelta al mundo por mi cuenta, siempre he vuelto a casa sano y salvo, sé cuidarme”. Me dijo qué autobús tomar para ir al Museo y ahí nos despedimos por última vez después de ser nuestro guía durante 12 días.
La fila de camelleros esperando turistas era larga, recién habían matado a 58 turistas en el templo de Hatshetsup, el turismo en Egipto se estaba al borde de la bancarrota. Ni qué decir de los humildes camelleros.

Debo decir que los egipcios humildes que viven del turismo son en exceso insistentes para que les compres o consumas sus productos, al grado de ser muy molestos para muchos turistas. La verdad es que a mi no me incomodaban tanto, más aún después de haber sido igual de insistente para que me vendieran una “shilaba” (especie de vestido para los hombres) por un precio más que justo. El regateo de los mercados ambulantes que hay por todo México, son una excelente escuela para quienes no somos ajenos a ellos, pero sobre todo, saber usar esos conocimientos (porque no decirlo) que nos brinda nuestra propia bellísima cultura mexicana en un país con ciertos paralelísmos como Egipto. Al verse abrumado con mi insistencia, el comerciante egipcio me sacó casi a empujones de su “changarrito”, hizo una seña y el resto del mercado –como por arte de magia- me dejó de insistir a mi. Unos amigos españoles que iban con nosotros me veían asombrados preguntándose cómo lo había logrado; “vengo de un país al otro lado del mundo con más similitudes que diferencias con Egipto” respondí.

Continúo con Giza y sus camelleros. Con tal necesidad de rentar su camello, logré un extraordinario precio y tiempo con aquel amable chico (unos 18 años calculo) . Nos daría una paseo por las arenas del desierto, y todo el tiempo que estuviéramos en las pirámides tendríamos el camello a nuestra disposición.

No pasó mucho tiempo cuando un hombre obeso, con una expresión agresiva se acercó al camellero; por su uniforme supe que era un guardia. Empezaron a discutir casi a gritos (el tono normal que usan los egipcios es elevado, a veces parece que discuten todo el tiempo) ambos. De pronto el guardia le dio un golpe en el rostro al muchacho, éste se inclinó un poco, metió la mano a su bolsillo y abrazó al policía dándole un beso en el cuello y metiéndole unos billetes en su camisa. El policía reaccionó tirándolo a la arena los billetes y sujetándolo bruscamente del brazo. Para ese momento mi esposa y yo estábamos estupefactos viendo aquella escena. No sé de dónde madres saqué valor y empecé a gritarle al policía: “¡Eyyyy! ¿qué rayos pasa? ¿por qué lo estás golpeando? Vengo con mi esposa en paz, no quiero problemas. ¡Voy a denunciarte al Ministerio de Turismo del Cairo!” (había leído en la entrada a las pirámides un aviso de reportar cualquier abuso al M. de turismo del que había una oficina ahí) Ante mis gritos y mi postura firme y molesta (la verdad es que supe que me estaba arriesgando, pero tenía que correrlo) el policía se disculpó, bajó la voz y me dijo: “es que estos muchachos abusan de los turistas, deseo saber si le cobró un precio justo” ¿pegándole cabrón? Bonita manera de investigarlo pinche abusivo, pensé. Le dije el precio que habíamos pactado y las condiciones, que nos dejará en paz porque se había portado muy amable el chico.

Lo levantó de la arena, lo sacudió, le devolvió su dinero y se retiró el guardia panzón.

La verdad es que quería su mochada, sí, al igual que en México, y al decirle el camellero que no alcanzada para “ponerse a mano” con el guardia, éste se enfureció y lo golpeó. Por eso después el muchacho le metió los billetes en su camisa, implorándole perdón.

Nos quedamos casi 6 horas admirando la zona de las pirámides de Giza. He visto ahí uno de los atardeceres más bellos e impresionantes que mis ojos hayan presenciado, quizás sólo comparables con los de las islas griegas. La temperatura de casi 45 grados no era un impedimento para sentirme vivo ante la grandeza de una de las obras de construcción más impresionantes del ser humano, que más que ponerte de pie, parece que te ordenan amablemente…

….caer hincado ante su infinita belleza.


domingo, 10 de julio de 2011

Los amargados


“Los seres humanos, como seres lingüísticos, emitimos juicios respecto a lo que vivimos y diferentes juicios nos constituyen en observadores diferentes.” Juan Carlos Guzmán.


Desde hace algún tiempo, varios columnistas, opinólogos e incluso algunos académicos, califican de amargados a un sector con simpatías políticas y partidistas determinadas.

Pero ¿realmente están amargados? no necesariamente. ¿Acaso esos columnistas no entienden que muchas de las críticas de ese sector tienen un fin partidista más que una amarga visión de México? A mi me queda clarísimo, de hecho me parece muy curiosa su ingenuidad, que en ocasiones, no se las creo.

Tendríamos que conocer los verdaderos motivos de cada uno de los ciudadanos que critican algún aspecto de la política, deporte o cualquier otro tema, para saber con toda certeza si es por amargura, crítica, análisis, ociosidad o ganas de joder; complicado ¿no crees?

El caso de Twitter me parece muy obvio, hay ciudadanos con una agenda específica (ya sea por convicción ideológica o por un interés personal) y se dedican a usar su TimeLine con una meta muy clara ¿amargados?. Si a una persona le pagan por decir o atacar a algún personaje específico, no lo hace por amargado ¡lo hace por dinero!. ¿Todos los twitteros, columnistas o locutores que hacen crítica política o deportiva están bajo la nómina secreta de un grupo con oscuros intereses? En mi opinión no.

Cuando alguien se la pasa horas frente a su TimeLine descalificando, ofendiendo y burlándose con quienes no coinciden ¿también lo hacen por amargados? No necesariamente. Aunque también hay ciudadanos comprometidos de derecha e izquierda que tienen valiosas razones para criticar sus oponentes políticos; desafortunadamente no son la mayoría.

Generalizar cualquier crítica como producto de la amargura, dinero, agenda, interés comercial o político, me parece simplista. La crítica en todas sus variables y metas es necesaria para la construcción de un país, las habrá constructivas, destructivas, fundadas, infundadas, académicas, empíricas…etc. Es necesaria la crítica, más no suficiente. También habrá que mencionar que hay quienes únicamente repiten –sin razones ni argumentos- las consignas de otros.
 
La construcción familiar, académica, social, económica de todos y cada uno de los mexicanos es distinta; nuestras opiniones y maneras de ver el México de hoy por consecuencia tendrá que ser distinta: ¿es tan difícil de entender?

¿Conocemos todas y cada una de la razones –de toda su vida- de cada mexicano para opinar lo que opina? ¿conocemos qué sufrió, qué gozó, qué tuvo, qué no tuvo, de qué justicias o injusticias ha sido merecedor?.

Cada mexicano ve un México distinto, consecuencia de su propia realidad, construida por él mismo y sus circunstancias.

Donde tú ves un vaso medio lleno alguien más lo verá medio vacío, es normal; pero si te molesta –aunque lo niegues- y lo calificas de amargado, es razón suficiente para que analices seriamente… ¿no serás tú el amargado?

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