jueves, 21 de junio de 2012

1º de Julia. Cuento




Es para lo que me alcanza, ¿me gustaría vivir en una mejor casa de huéspedes? Sin duda, pero de momento no tengo los recursos para irme de aquí. ¿Conozco otras casas de huéspedes? Sí, he visitado muchísimas, pero como dije antes, no me alcanza para quedarme en otras. Les cuento lo que ha sucedido en estos días. 

Bajé muy temprano a desayunar y me preguntó Julia, dueña de la casa y cocinera: “¿le gusta el platillo amarillo?”, “no le he probado, ¿qué es?”, amablemente me explicó. Ví otras dos ollas:“¿Y eso?”, -“platillo rojo y el de aquél lado es platillo azul”, igualmente me explicó lo que eran, cómo se preparaban y sus ingredientes, “pues así como me lo cuenta, se escucha que están deliciosos ¿los puedo probar?”. Hace muchos años alguien me dijo: “si no pruebas un platillo, no sabrás si te gusta o no, el aspecto es engañoso a veces, si no te agrada su sabor de aquí en adelante podrás decir que ya comprobaste que no te gusta”.

Doña Julia amablemente accedió y me dio una porción de cada uno. Para estar en un desierto a punto de morir de hambre, cumplían su función, pero nada más. “Y dígame doña Julia¿además de estos platillos hay algo más?”, “no, es lo único que se cocina aquí” respondió secamente, “a veces les mezclo uno con otro para darle un sabor distinto a la comida”, “¿y queda buena esa mezcla?”, “pruébelas”. Efectivamente el sabor medio cambiaba, pero tan malo como los originales en mi opinión. “Entonces ¿de cuál le sirvo?” me preguntó ya un poco desesperada; tenía dos caminos, quedarme con hambre o meterle algo al estómago: “deme un poco de cada uno, pero…por separado, mezclados no me apetece”

El mes siguiente leí en la cocina un letrero que decía: “Se les invita a todos los huéspedes a elegir uno de los tres platillos que se cocinan, ya que será el único que se servirá el resto del mes”, casi me infarto. 

No es de sorprender que la charla de todos los huéspedes era sobre el platillo que elegirían; discusiones, charlas, unos tratando de convencer a otros de que tal o cual era el mejor, que uno tenía tales o cuales ingredientes, que si su tiempo de cocinado era más práctico, que si para llenar el estómago era suficiente, que si en otras casas de huéspedes comían peor y que debíamos de aplaudir que al menos aquí podíamos elegir entre ¡tres platillos!, que si ya habíamos comido una semana del azul ¿por qué no cambiar al amarillo?. No pocas veces varios huéspedes estuvieron a punto de los golpes, dicen que otros más si llegaron a ellos. “¿Cómo rayos pueden llegar a eso?” pensé. Cada vez que me encontraba a otro huésped me trataba de convencer de que el platillo que a él le gustaba era el mejor y que debía de escogerlo yo también: “respeto tu opinión estimado, pero creo que no es algo que me agrade del todo”, respondía yo siempre. No pocas veces terminaba mis intercambios de frases, con una mirada de odio de parte del otro huésped. Empezaba a incomodarme. 

Una tarde, en una sobremesa me preguntaron: “¿al fin te has decidido?”, “sí” y continué, “opino que ninguno de los platillos que se cocinan aquí son de mi agrado, lo siento, me los como porque tengo hambre, no tengo de otra”, “¡pero tienes que elegir a fuerza a uno!”, me grito desesperada una bella huésped, otro más dijo,”si no escoges alguno, no tendrás derecho a quejarte de la cocinera” al tiempo que le pegaba en la mesa con el puño, “¿dejarás que otros decidan por ti?” me gritaba una anciana desde el otro lado de la mesa. “Perdón, damas y caballeros ¿qué tal si ustedes eligen el que más les agrade y a mi me dejan pedirle a la cocinera que los prepare mejor cada uno de los platillos?”, “¿qué dices?,¡pero es lo que hay! Tenemos que elegir a fuerza”, me grito alguien, “lo sé estimado, pero a mi ninguno me ha gustado, los he probado todos y me parece que tienen un sabor horrible, supongo que ustedes y yo tenemos distintos paladares, gustos por la comida, y tendremos distintas opiniones, la mía es que ninguno me gusta”, “¿quién dejo entrar a este huésped?” dijo señalándome una señora que estaba sentada a mi lado.

Me levanté de la mesa, y dirigiéndome a todos: “¿saben? Cada mes, del dinero que yo gano trabajando, PAGO el costo de esta casa de huéspedes, no vivo gratis aquí, me cuesta dinero igual que a ustedes. No puedo exigir que nos sirvan algo que no tenemos en la cocina, pero sí puedo exigir que con los ingredientes que tiene la cocinera, prepare algo mucho mejor que lo que prepara hoy. ¿Ustedes quieren conformarse con lo que les sirven? ¡adelante! Cómanselo, yo también haré lo mismo, pero cada vez que pueda, le exigiré a la cocinera un mejor sazón, mejor sabor, mejores porciones ¡porque pago por ello!¡tengo derecho a exigir porque pago! Ustedes también pagan y tienen derecho a exigir y a elegir lo que quieren comer, respetable. He visitado otras casas de huéspedes y la misma receta del platillo amarillo sabe mejor, la del azul también y la del rojo ¡ni se diga! ¿cómo le hicieron? ¡los huéspedes exigieron que se cocinara mejor! ¿ me tiene que gustar lo que ustedes se comen? ¡no!. Si yo viviera gratis en esta casa de huéspedes, entonces no tendría derecho a exigir nada, pero, ¡sí pago! Y mi pago me da derecho a exigir lo que considero que puedo exigir por ese precio. La cocinera seguirá preparando igual de mal los tres platillos si no le exigimos que los mejore.” 

Pasaron los días y llegó el momento en que los huéspedes elegiríamos . Dicen que ganará el platillo rojo, a mi me da igual, los otros dos saben igual de mal. ¿Qué elegí? Exigirle a la dueña que prepare mejor los platillos y le confesé que no tengo a dónde ir, que no puedo dejar de pagar la casa de huéspedes porque sería peor. Sólo me queda seguir asistiendo puntualmente a trabajar, mantener limpia mi habitación, asegurarme de cerrar bien la llave del agua de mi baño, ser amable con los demás huéspedes, dejar en la administración cualquier objeto que me encuentre para que lo reclame su dueño…

…y esperar que algún día, todos los huéspedes logremos que Julia, la cocinera y dueña de la casa de huéspedes, prepare mejor lo que nos comeremos el resto del mes.

Atentamente
Un huésped de México.


lunes, 18 de junio de 2012

2012: la elección del odio.





"La respuesta tiene que ver con la pregunta. ¿Cuál es la emoción desde la cual estoy votando?": Juan Carlos Guzmán


Sospecho que ya no se preguntan: “¿cuál es el candidato que queremos?”, no, eso sería demasiado constructivo, propositivo; parece que hoy la decisión del voto se basa en: “¿cuál es el candidato que más odiamos?”. Sí, sí, sí hay diferencia, las respuestas tienen que ver con la pregunta que nos formulamos y con la emoción desde la cual votaremos, que sospecho, es desde el odio –en mayor o menor medida- en no pocos votantes.

He leído desde hace tiempo, a personas que su voto está dirigido a IMPEDIR que llegue Peña Nieto, otros en IMPEDIR que llegue López Obrador, otros más en que es peor que repita el PAN de Josefina a que llegue el candidato del PRI. Casi leo entrelíneas el mensaje velado: “si gana Peña Nieto será malo, pero si gana Josefina sería una humillación al movimiento de la izquierda”, o quizá: “que gane el que sea, menos el loco de López Obrador”. Esto, en mi opinión, es lo que definirá al ganador. 

Sospecho que así sucedió en el año 2000, pero no por odio sino por lograr un cambio; izquierda y derecha no se preguntaron ¿quién querían que ganara?, sino ¿quién NO querían que ganara?, y tenían muy clara la respuesta a la segunda pregunta: el PRI. Por eso ganó Fox. En el 2012, a pesar de que tanto panistas como pejistas tratan de evitar que llegue Peña Nieto, entre ellos hay un odio aún mayor que les impide repetir la hazaña del 2000. Me parece que hacia Peña Nieto y el PRI hay antipatía, pero entre los seguidores de López Obrador y Josefina, hay odio mutuo.

Los seguidores del PRD sienten que están cerca del PRI, que están en segundo lugar, ni locos cambiarían en este momento su voto, no nadaron tanto para ahogarse a la orilla de la playa, eso jamás; pero no se confundan, su peor enemigo quizá ya no está en los votantes del PRI, sino en los que se saben perdidos, los que saben que un tercer sexenio se les fue de las manos: los simpatizantes del PAN. Es posible que al saber que no podrán ni siquiera pelear por un segundo lugar, su humillante tercer lugar les dará una última satisfacción: preferirán “morir matando”, “me muero, pero te vas conmigo”, “si yo no gano…tú tampoco”. Ya han sido humillados con un tercer lugar, pero no serán doblemente humillados presenciando la toma de poder de Andrés Manuel López Obrador el 1º de Diciembre.

El 1º de Julio, frente a su boleta, quizás muchos panistas decidirán la elección a partir de un voto ‘útil’ -del que habla Fox-, que en realidad es el Voto del Odio: a favor de Enrique Peña Nieto.


Sígueme en Twitter: @Instinto_Mx




sábado, 9 de junio de 2012

The Guardian, Televisa y Al Capone.



Un secreto a voces.

Pues sí, hoy todos dicen ‘saberlo’ hace tiempo: “assh, ¡eso es, o-b-v-i-o!”, pues si es taaan ‘obvio’ ¿porqué nadie ha aportado pruebas irrefutables?. Que Televisa está a favor de Peña Nieto es muy ‘obvio’ para muchos, pero no deja de ser una sospecha únicamente, o al menos hasta hoy. Los rumores, las sospechas, lo son hasta que alguien aporta pruebas indiscutibles. Todos ‘sabíamos’ que los partidos recibían dinero de particulares sin que fueran declarados, pero nadie había aportado pruebas hasta que aparecieron videos con René Bejarano metiéndose paquetes de dinero amarrados con ligas a las bolsas del saco , sólo hasta entonces se pudo procesar a alguien.

Parece que el mexicano promedio no acaba de entender que los rumores, por muy conocidos que sean, no llevan a la cárcel a nadie.

Panistas y Pejistas, unidos por la doble moral.

El artículo de The Guardian aborda dos temas fuertemente ligados: la presunta estrategia del PRI para promover mediáticamente a Enrique Peña Nieto, pagando millonarias cantidades a Televisa, y el complot que se gestó en 2006 contra Andrés Manuel López Obrador, en el que la televisora jugaba un papel muy importante. El sector que odia hasta la médula al ‘Peje’ (principalmente de perfil panista) sólo acepta la primer parte de la investigación de Jo Tuckman. Para este sector es clarísmo que el PAN perderá la presidencia porque Televisa le ha vendido al ciudadano un producto de la mercadotecnia, “¡eso es imperdonable para la democracia!”, dicen. Pero una vez que leen la parte en la que se expone que la principal televisora también fue parte de la “guerra sucia” en contra de López Obrador en 2006, entonces levantan la ceja, se desgarran las ropas y milagrosamente pasan de exigir que quemen en leña verde a López Dóriga y Carlos Loret, a defenderlos ante la “calumnia del sospechosismo infundado de revistas de izquierda como Proceso”. En mi pueblo le llaman: doble moral.

Pero ¿sólo los panistas? No. Los simpatizantes del Peje protestan por el cínico apoyo de medios como Excelsior, Milenio, Televisa, EOM, a Peña Nieto; pero curiosamente callan la ayuda que le dan al tabasqueño -vía duras críticas a sus oponentes- medios como Proceso, La Jornada, Reporte Indigo y más veladamente ahora el periódico Reforma (a quien el mismo Andrés Manuel acuso de ser parte de la guerra mediática en su contra en 2005-2006). La diferencia –quizás- está en que hasta ahora nadie ha iniciado una investigación contra esos medios de izquierda y sembrado la sospecha de que brindan sus favores al Peje por dinero, y en el caso de Televisa, todo indica que sí es así.

¿Y las pruebas irrefutables?

Hasta este momento los archivos de computadora no se pueden calificar como irrefutables, de hecho, aún no se ha probado que se hayan realizado dentro de las oficinas de Televisa. Se habla de una fuente (hasta el momento anónima) que trabajó ahí, pero eso tampoco prueba el origen de los documentos. Escándalos políticos como el de René Bejarano, Watergate , o el de Rupert Murdoch aportaron pruebas, que tuvieron como consecuencia un proceso legal. De momento, no es el caso de Televisa y Peña Nieto abordado por Proceso y The Guardian, también de momento, los documentos son sólo sugerentes, más no concluyentes.

Carmen Aristegui presentó el testimonio de Laura Barranco y ésta a su vez, presentó un impreso del chat de la intranet de Televisa, en el que presuntamente Carlos Loret acepta que un artículo de Proceso sobre la publicidad a Peña Nieto es verdad. El periodista de Televisa dice que no recuerda del todo esa charla de chat; en pocas palabras, es su palabra contra la de Barranco.

Las grandes investigaciones periodísticas que cambiaron el rumbo de la historia, aportaron pruebas fuera de toda duda.

“¡Es legal que Televisa venda publicidad!”

Sí, siempre y cuando se apegue a la ley, reformada por cierto en 2007 (como es el caso de los Infomerciales Políticos). ¿Se apega a montos, contenido y contratantes? Tendríamos que consultar la ley, pero, si Televisa no tiene nada qué ocultar ¿Por qué no se conoce aún el contrato que coincida fielmente y al 100% con los archivos dados a conocer por The Guardian? Quizás porque no existe tal contrato global, ese tipo de ‘campañas negras’ no se hacen ante notario público.

“Death and taxes”. 

Al final del callejón está Don Dinero, no hay más. El poder no puede entenderse sin tan preciado recurso, entonces The Guardian ¿porqué no seguirle la pista al dinero?. Si realmente Televisa recibió millonarias cantidades, de algún lugar salió ese efectivo y a algún lugar fue a parar. ¿Y quién tiene el poder de seguirle la pista a esos recursos? Hacienda. Claro, claro, estimado lector, para lograrlo se tendría que contar con la colaboración del gobierno federal, que al ser panista y muy probablemente metido hasta los codos en la misma investigación de Jo Tuckman, no está nada interesado en iniciar una cacería que llegue hasta el fondo.

Pero, quién sabe, quizás alguna pareja de periodistas investigadores dentro de Proceso y The Guardian, quienes seguramente se conocen y hacen buen equipo, saben que los “Intocables” lidereados por el famoso Eliot Ness, al no obtener pruebas que relacionaran a Al Capone con los negocios ilícitos, lograron formular cargos y encarcelarlo por el camino que menos pensaron algún día…

…los impuestos. 


Sígueme en Twitter: @Instinto_Mx





lunes, 4 de junio de 2012

El Voto Nulo en la secundaria





El presente texto tiene como meta exponer un planteamiento matemático muy sencillo que explica el porque no se puede afirmar que el voto nulo beneficia a un partido. Las ecuaciones lineales de primer grado son parte del álgebra más básica que todos los que pasamos por la secundaria las debimos haber aprendido. Si tienes alguna duda del tema, te recomiendo esta página que explica de manera muy sencilla la herramienta matemática que usé:  http://www.panchulo.com.ar/skoool/1-a4ecaucionlineal/1-a4ecaucionlineal.html

Mi descripción está dirigida a quien no está muy familiarizado con dichos ejercicios matemáticos, por ello puede parecerle en exceso descriptivo a quién sí lo está. Estoy abierto a cualquier cuestionamiento que use como lenguaje de comunicación las ecuaciones de primer grado, de otro modo, no será posible "hablar el mismo idioma". Es válido discrepar y tener una opinión distinta; si es así, será mucho más constructivo si, al menos en esta ocasión, nos limitamos a los argumentos matemáticos.


Ejercicio: En un país con 100 ciudadanos en 2006. 


El total de esos 100 ciudadanos en la lista nominal terminarán en alguna de estas 4 categorias a las que les hemos asignado una cantidad basada en resultados de la elección presidencial del 2006:


A= Votos Nulos:             2
B= Abstención:            41 
C= Votos Duros:          27  (PRI:11+ PAN:7+ PRD:8+Q:1) *Inf. 2006 
D= Votos Indecisos:     30  (PRI:7+PAN:11+PRD:10+Q:2) *Inf. 2006
Número total:             100 


La ecuación lineal de 1er grado para representar lo anterior que se plantea es la siguiente:


A+B+C+D = 100

Si reemplazamos los valores del escenario de 2006 quedaría:


2+41+27+30=100


Ahora asignemos una sola condición a nuestra ecuación inicial: A+B+C+D=100: "El valor de “C” (Votantes Duros) siempre será el mismo" (las razones políticas las sabemos), A,B, y D sí cambian, son VARIABLES, que sumadas NECESARIAMENTE deben de dar como resultado: 100 (Nota: electoralmente sabemos que el número de Votos Nulos, Abstenciones y Votos Indecisos VARÍAN; el Voto Duro, en general, no.)

Veamos cómo quedaría la fórmula asignando también un valor fijo a “B” (Abstención) lo cual, como ya dijimos no es real, ya que es IMPOSIBLE conocer antes de una elección cuál será el número de abstenciones. Lo asignaremos dicho valor sólo para ejemplificar:


A+41+27+D=100


Ahora asignemos distintos valores a la tercer variable “A” (voto nulo), de tal suerte que el único valor desconocido será “D” (Voto Indeciso)

Ejemplo: A=5 (aumentamos el número de votos nulos, antes eran 2).

Sustituimos valores, donde, 5 son votos nulos, 41 abstenciones, 27 votos duros y tenemos una incógnita que es “D” o votos indecisos:


5+41+27+D=100


Despejamos:


D=100-5-41-27


D=27 


Comprobamos 


5+41+27+27=100


Al subir el número de votos nulos (de 2 a 5), baja el número de votos indecisos “D” (de 30 a 27). Los votos que "ganó" el anulismo, los "perdieron" los indecisos.

La primer conclusión sería: El número de Votos Indecisos (“D”) depende del número de Votos Nulos (“A”) SÓLO si los valores de Abstención y Voto Duro son FIJOS (“B” y “C”) lo cual en la práctica NO sucede.

Entonces ¿qué sucedería si asignamos valores distintos tanto a los votos nulos como a las abstenciones?¿qué le sucedería a los votos indecisos? Hagamos el ejemplo; aumentemos el valor de votos nulos a 4 (inicialmente era de 2) bajemos el valor de la abstención a 39 (inicialmente de 41) y como siempre el valor de los votos duros es de 27. Nuestra incógnita será como siempre los indecisos “D”.


4+39+27+D=100


Si resolvemos la ecuación: 


D= 100-4-39-27


D=30 (¿recuerdan que este era el valor inicial en 2006?)


4+39+27+30=100


Aumentó el valor de “A” (votos nulos), pero “D” (votos blandos) se mantuvo igual en 30; la razón es: lo que ganó “A” (votos nulos) lo perdió “B” (abstencionistas). 

2da. Conclusión: Si el número de votos nulos aumenta NO implica necesariamente que vengan de los indecisos, pueden ser votos que provienen de los abstencionistas.

Subamos más el número de votos nulos, ahora démosle el valor de 6 a “A” (al inicio su valor era 2) y como no sabemos cuántos se abstendrán de votar, le daremos el valor de 38.


6+38+27+D=100


D=29 


6+38+27+29=100


3er conclusión: el aumento de Votos Nulos, “A”, puede afectar el número de “B” (abstención) como el de “D” (voto blando), o sólo uno de ellos, siempre que el valor de “C” (votos duros) sea fijo… …electoralmente, es posible.


La hipótesis de que los votos nulos SÓLO le ‘roban’ números a los votos indecisos no está probada. Tendrían que presentar un estudio en el cual se demostrara que el aumento de los votos nulos (“A”) proviene ÚNICA y EXCLUSIVAMENTE de los votos indecisos (“D”); peor aún (para quienes afirman que beneficia al PAN o al PRI) tendrían que probar que los votos nulos SÓLO provienen de los *10 electores indecisos que en 2006 votaron por el PRD/AMLO, recordemos que los votos indecisos se compusieron en 2006 de este modo


Votos Indecisos “D”= 30 (PRI:7+PAN:11+*PRD:10+Otro:2 )


En esta nota se confirma que el abstencionismo es un valor muy VARIABLE: http://www.eluniversal.com.mx/notas/603021.html


¿Descubrí el hilo negro? No, este estudio del CIDE también concluye lo mismo:




Otra parte del estudio académico del CIDE confirma nuevamente mi planteamiento matemático:






Aquí otras gráficas que comprueban que el abstencionismo no es un valor fijo:  http://www.ejournal.unam.mx/rms/2005-4/RMS005000405.pdf























sábado, 26 de mayo de 2012

¿A quienes de Televisa te refieres #YoSoy132?




Cierto estimado lector, el movimiento estudiantil cuestiona a los medios, no sólo a la televisora, pero para efectos de mi humilde análisis de banqueta, tomo a la televisora como ejemplo.

Sí, es bien es sabido que todo inició claramente contra Televisa, ok, pero ¿cuál Televisa?: ¿Se refiere a su propietario, a sus directivos? ¿A sus conductores, cuáles de ellos entonces?¿o a todos? ¿A sus invitados: opinólogos, periodistas, articulistas, académicos, intelectuales? ¿A sus programas?¿cuáles de ellos?¿o se refiere a todos? ¿A sus empleados?

Ejemplo: soy un habitual televidente de “Es la hora de opinar” que conduce Leo Zuckermann, programa de se transmite en el canal 4, propiedad de Televisa. Cuenta con colaboradores de la talla de Jorge G. Castañeda , Denise Dresser, Hector Aguilar Camin, Javier Tello, etc. Desconozco si todos ellos son ‘empleados’ de Televisa; todo indica que Denise Dresser está lejos de serlo, dentro del programa ha externado duras críticas a la televisora, y más a Peña Nieto. Desconozco si recibe la dra. Dresser un cheque por aparecer cada Miércoles en dicho programa; tengo la sospecha que sí obtiene algún beneficio ya que al finalizar cada programa al que asiste aparece una leyenda que dice: “Denise Dresser viste Max Mara”. 



¿Lo anterior convierte a la sra. Dresser en parte de la diabólica maquinaria electoral de la televisora que apoya a Enrique Peña Nieto? No lo creo. Hay muchos colaboradores de Televisa que pareciera, no apoyan al candidato del PRI ¿son o no son parte de la televisora?¿contra ellos/ellas también es el movimiento #YoSoy132?

Sospechosísmo extremo.

Si colaboro en Televisa con mis análisis (aún criticando a la televisora/Peña Nieto) y me pagan por ello ¿no soy parte de un presunto maquillaje de la empresa de Azcárraga para presumir una imparcialidad que en realidad no existe? Si nos ponemos muy exigentes con todos los colaboradores (académicos, intelectuales, analistas, periodistas) de Televisa que simpatizan y promueven el movimiento #YoSoy132 ¿deberíamos responsabilizarlos también de ser parte –consciente o inconscientemente- de darle más poder a un medio que busca colocar a un producto de la publicidad en Los Pinos?

¿Protesta contradictoria?

 Pero también es posible que esos colaboradores de un medio, que apoyan #YoSoy132, lo hagan porque buscan darle mayor pluralidad de opinión a una televisora que es vista por millones de mexicanos y claro, cobran por ello, lo cual NO es un delito, pero entonces no podríamos acusar a Televisa de ser parcial, ellos serían el ejemplo de que no es así, por lo tanto ¿a quienes abarca la crítica que #YoSoy132 hace de las televisoras/medios y a quienes no? Si se dice que Televisa manipula la información ¿no es una contradicción entonces ver a una colaboradora de Televisa –igual que algunos/as otros- como la dra. Denise Dresser promoviendo #YoSoy132?

¿Y los otros? 

…La Jornada, Proceso, La Razón, Milenio ¿no tienen simpatías muy evidentes en su línea editorial o en muchos de sus colaboradores que llenan sus espacios con columnas de opinión?¿no apoyan casi abiertamente a López Obrador algunos de ellos?¿porqué #YoSoy132 no ha acusado a la revista Proceso de buscar colocar en Los Pinos a López Obrador?

No teman, quizás harían bien en empezar a ponerle nombres a sus cuestionamientos al manejo de la información en los medios, de quienes sospechan, entonces… 

...¿A quienes de Televisa te refieres #YoSoy132?

Sígueme en Twitter: @GrinchMisantrop





lunes, 21 de mayo de 2012

La #MarchaYoSoy132 vs Primavera árabe



Marcha Anti Peña Nieto reunió (a decir del GDF) a 46,000 ciudadanos ¿es mucho o poco eso?, depende contra qué otra marcha la comparemos. En 2004, la Marcha Silenciosa contra la Inseguridad, reunió entre 250 y 500 mil personas (el GDF no quiso dar una cifra por motivos políticos). En Julio del 2006, López Obrador logró reunir a 348,000 en el Zócalo y calles circundantes, según expuso el diario REFORMA en un ejercicio muy interesante para calcular un número muy aproximado al real. 

Comparada con marchas del 2004 y 2006, la del sábado fué muy discreta, a pesar de contar con la 'fuerza' de las 'poderosísimas' Redes Sociales. ¿Le estoy restando méritos? de ninguna manera, pero los méritos no ganan elecciones. Sospecho que los asistentes a la Marcha Anti Peña Nieto fueron en su mayoría panístas y perredístas (hasta hoy, no conozco una encuesta seria que lo pruebe) ¿y solo logró reunir a 46,000? muy débil para ser el D.F. un bastión perredísta, basta ver los resultados del ejercicio en la UNAM la semana pasada en la que López Obrador arrasó con el 85%, en promedio, de las preferencias entre los estudiantes. 

¿Soy un priísta y estoy tratando de minimizar la marcha del sábado? no, soy anulísta, por ello -me parece- veo las cosas desde una perspectiva menos emocional que muchos simpatizantes del Josefina o de López Obrador. 

Cierto, es un buen comienzo para 'despertar' a los mexicanos, pero ¿es suficiente? en mi opinión NO. Tan no es suficiente que la marcha del viernes 18 de Mayo, el movimiento #YoSoy132 tampoco logró reunir a un número impresionante de estudiantes, tomando en cuenta que se supone que se les unieron de otras universidades como el ITAM y la Anáhuac. ¿Otra vez le estoy restando méritos? no; soy ex alumno de la Ibero, apoyo la libertad de expresión y cuestionamiento duro de los jóvenes de mi ex universidad, siempre y cuando sea con respeto. 

El #EfectoIbero es -quizás- la primer ficha de un efecto dominó, pero ¿ha sido lo suficientemente fuerte como para hablar de una "Primavera Mexicana"? hasta el momento no como quisiéramos ver muchos. Si sumamos la matrícula (número total de estudiantes) de la Ibero, ITAM y Anáhuac, se hubiera esperado una marcha #YoSoy132 mucho más grande, pero no sucedió así. Lo acontecido aquél "Viernes Negro" de Peña Nieto en la Ibero fué muy difundido en las redes sociales, Youtube, etc. (cierto, no tanto en los medios electrónicos ni diarios con clara tendencia priísta como MILENIO, EXCELSIOR, etc.).


La #MarchaYoSoy132 del 23 de Mayo en la Estela de Luz convocó a universidades públicas y privadas, asistieron 15,000 personas (según estimaciones del GDF) ¿son muchos o pocos?. La matrícula total de estudiantes de nivel superior en el D.F. se estima en poco más de 435,000, quiere decir que sólo de 3.4% de ellos asistió. Peor aún, hay versiones de que se dividieron en plena marcha por desacuerdos entre ellos, unos marcharon al Zócalo, otros al Ángel de la Independencia, otros a Televisa Chapultepec y el resto decidió regresar a la Estela. Entonces ¿quiere decir que los egipcios son mucho más solidarios que los mexicanos? pues...todo indica que sí.

¿Diferencias con el caso egipcio? muchas, entre ellas que lucharon por derrocar una dictadura, pero, es mi imaginación o ¿nos encanta hablar de que no queremos que regrese la 'DICTADURA perfecta'? 

15,000 egipcios tomaron la Plaza Tahrir el 25 de Enero del 2011; para el 31 de ese mismo mes, corresponsales de la BBC reportaron que el número había ascendido a 250,000. Al Jazeera informó el 1 de Febrero que había más de UN MILLÓN de egipcios en las calles...

 ...sólo 7 días después de haber iniciado.


Sígueme en Twitter: @Instinto_Mx





miércoles, 11 de abril de 2012

¿Debates? Ustedes proponen...nosotros proponemos.




Los más recientes ‘debates’ han sido sólo escaparates mediáticos, más que una herramienta de la sociedad para hacer una mejor evaluación y así, decidir con mayores elementos por quién votar.

Los partidos y candidatos están muy preocupados en no dañar su imagen, por ello buscan no confrontar temas ‘espinosos’ en los que corren el riesgo de perder simpatizantes. Los últimos debates que hemos visto, han terminado por no dejar satisfecho al ciudadano, con más dudas que respuestas. Entonces ¿qué hacer?

En lo que terminan es en pleitos de rumores, con fotos que no son prueba de nada, con dibujos de estadísticas, gráficas, que no son confiables.

Nuestra propuesta:

Cuestionamientos y debates de calidad. Los integrantes del debate serán: un solo candidato y un panel compuesto por académicos, analistas y especialistas –en un tema- reconocidos, de todas las ideologías. El panel especialista será el encargado de formular las preguntas referentes al tema que se abordaría en esa sesión. ¿Quién mejor que un científico investigador reconocido para cuestionar sobre temas de ciencia, educación, inversión a la investigación en México? ¿o tú dejarías este tipo de preguntas a un cronista de fútbol? No, ¿verdad?. Dejemos las preguntas de fondo a quienes conocen los problemas de fondo de un tema específico. 

Las preguntas ciudadanas. Son válidas, legítimas, necesarias; entonces preparemos un debate especial en el que el panel esté compuesto por ciudadanos comunes para que se respondan sus inquietudes y dudas. Pueden elegirse aleatoriamente o por votación a ciudadanos de reconocida solvencia moral o activistas de ONG’s serias, de TODAS las ideologías. Otras preguntas pueden recibirse vía correo, Twitter, Facebook en tiempo real.

Impedir que sea un escaparate mediático de ‘propuestas’. ¿Te preocupa que pueda prestarse a las preguntas a modo para proyectar a un candidato? tiene solución. El panel puede estar compuesto de especialistas críticos al proyecto del candidato, no simpatizantes. Si el candidato es de izquierda, pongámosle un panel de derecha a que lo cuestione inteligentemente. ¿Qué te parecería tener a Jesús Silva-Herzog, Gerardo Esquivel, José Merino, cuestionando al candidato del PRI?¿o Jorge G. Castañeda y Luis Pazos cuestionando al candidato de MORENA?¿Qué tal un debate con periodistas como Julio Astillero y Carmen Aristegui cuestionando al candidato del PAN? ¿O columnistas de derecha como Leo Zuckerman, Aguilar Camín, cuestionando al candidato de MORENA?

Basta de ‘propuestas’; queremos compromisos específicos en tiempos y resultados específicos. Proponer (prometer) no empobrece a nadie. ¿Y si le exigímos al candidato/ta que se comprometa a reducir los delitos del órden federal (secuestro, narcotráfico, posesión de armas ilegales, etc.) en un 50% en un lapso de 3 años?. Pero cuidado, no estamos hablando de los “compromisos ante notario público”, no. Comprometerse a construir un hospital no resuelve el problema de la desnutrición, por ello debemos dar el siguiente paso y exigir compromisos que ataquen un problema específico y podamos verificar los resultados.

Aclaración: no serían entrevistas, no, no, no. Serían debates serios, con cuestionamientos duros, no aptos para pieles sensibles. 

¿Descubrímos el hilo negro? No, ¿se puede mejorar? Por supuesto, ¿es la solución a todos nuestros problemas en México? Defintivamente no, se necesita mucho más para ello, pero creemos que una cosas es segura: serán mucho más útiles a la sociedad para decidir su voto que los ‘debates’ tradicionales.

Ellos, los candidatos, hacen sus propuestas (que más bien parecen salidas de un manual donde antes le llamaban: promesas). Tú y yo, somos la sociedad , ciudadanos comunes y por tanto…

…esta es NUESTRA PROPUESTA para ellos.




Idea original:@marcyasol 
Desarrollo y texto: @Instinto_Mx


sábado, 31 de marzo de 2012

¿Ayudarán las redes sociales a ganar la elección?

(Artículo de ANIMAL POLÍTICO aparecido el 31 del Marzo del 2012 en www.animalpolitico.com )

Serán 90 días de campaña rumbo a la Presidencia de la República y la pregunta es: ¿Twitter, Facebook o YouTube ayudarán a ganar la elección? La respuesta es no.

El número de seguidores en Twitter, los Likes en Facebook o el número de reproducciones en YouTube no significan votos, concluyeron especialistas en el foro “Las redes sociales y el proceso electoral federal” que realizó el IFE y el Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.

A decir de Raúl Trejo Delarbre (@ciberfan), investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y de María Elena Meneses Rocha (@marmenes), investigadora del Departamento de Estudios Culturales del Tecnológico de Monterrey, hay que tomar con cautela la idea que las redes sociales resolverán el proceso electoral que inicia. Estas no son decisivas para ganar una elección, pero de ninguna manera pueden eludirse.

Sí, las estrategias políticas de partidos y candidatos contemplan desde hace tiempo el uso de las redes sociales. Esta vez las propuestas de campaña saltarán con mayor intensidad de los medios tradicionales a la red de redes. Pasaremos de las plazas públicas y los mítines a los 140 caracteres, los post en Facebook, las imágenes en Isntagram o videos en YouTube.

Serán las primeras elecciones presidenciales en Twitter que observaremos en México.

De acuerdo con el Observatorio Electoral (@electoral2012mx) del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Andrés Manuel López Obrador lidera en número de suscriptores en YouTube; Enrique Peña Nieto en Facebook y Twitter y Josefina Vázquez Mota supera al político de izquierda en estas dos últimas redes. Aquí la gráfica:




Fuente: Observatorio Electoral 2012 de la UNAM

¿Electores geek?

De las más de 77 millones de personas que podrán votar el 1 de julio, entre 13 y 14 millones son jóvenes de 18 a 24 años de edad que usan las redes sociales, señaló en el foro Marco Antonio Baños, consejero del IFE y, a diferencia de los académicos, sugirió que este sector del padrón definirá la elección.

Sin embargo, datos presentados por la investigadora María Elena Meneses revelan que a los jóvenes que usan las redes sociales les importa poco la política: 55% de los usuarios de Facebook no están interesados en asuntos políticos y el 50% de quienes están en Twitter, tampoco. De ahí la importancia que les hablen en sus propios términos, apunta.

Por su parte, Manuel Tamez (@ManuelTamez), presidente de la Asociación Mexicana de Internet (@AMIPCI), estima que para el día de la elección habrán en México 46 millones de usuarios conectados a la red, y destacó que Internet es hoy lo que fue la televisión en 1960 cuando cambió el modo de hacer propaganda política. Al día, por ejemplo, una persona dedica 4.12 horas a navegar en Internet.

Y mientras más smartphones haya en el país aumentará el tiempo que los mexicanos pasen en internet. Hay al menos 90 millones de teléfonos celulares en el país.

Los políticos y las redes sociales

Las redes sociales son una herramienta y no un ente que capitalice cien por ciento el voto. Como hemos referido en Los presidenciables en Twitter, estar en ellas no hará ganar la elección al político pero no tener presencia sí podría perjudicarlo.

En opinión de especialistas, los políticos mexicanos y sus estrategas en redes sociales han subestimado a los usuarios. No existe interacción fluida ni medidas de comunicación que los haga partícipes y los involucre en la campaña. Por el contrario, la estrategia consiste en generar la percepción de popularidad y sólo comunicar propuestas e informar sobre su agenda.

Y no conformes con ello, se valen de bots (cuentas falsas en Twitter o Facebook que los elogian y que critican a sus adversarios). En los 140 caracteres hay bots que son creados para incrementar el número de seguidores de los candidatos (no tienen perfil ni avatar); existen otros llamados trolls que tuitean para atacar al adversario o compartir notas o datos favorables y pueden llevar un tema a los Trending Topic (generalmente cuentan con perfil y una foto falsa).

¿Para crear un bot se necesita un experto? No. Ya hay páginas en las que puedes crear el tuyo y programarlo para que envíe tuits, retuitee e incluso responda. Aquí te decimos cómo puedes hacer el tuyo. Y aquí te damos tips para cazar a uno o a unos cuántos.

Y sí, hay bots de carne y hueso. Les pagan, por medio tiempo, entre 3 y 5 mil pesos al mes por manejar hasta 50 cuentas, refiere la investigadora María Elena Meneses.

¿De qué servirán los bots en el proceso electoral? Sólo para promover la guerra sucia, infiere la académica del Tecnológico de Monterrey, y enfatiza: las redes sociales deben servir para ensanchar la democracia.

¿Regular las redes sociales?, imposible, pero sí pueden sancionarse las difamaciones y calumnias siempre y cuando se identifique que provienen de algún partido político, dijo el consejero del IFE Marco Antonio Baños.

Pero “mucho ruido y pocos votos” espera de los bots el académico de la UNAM Raúl Trejo.

miércoles, 25 de enero de 2012

Voto nulo: efectos jurídicos


Por: José Antonio Crespo

Publicado en la columna Horizonte político de Excélsior

15 de junio de 2009


El miércoles, el ex consejero electoral del IFE, Mauricio Merino, escribió un artículo en el que comenta que el voto nulo cuenta para determinar si un partido alcanzó o no el umbral de 2% exigido por el Cofipe para poder preservar su registro (El Universal, 10/VI/09). A partir de lo cual, mientras más votos anulados, mayor la probabilidad de que los pequeños pierdan su registro (mientras más cercanos estén a 2%). Un día después, no sé si respondiendo a lo escrito por Merino, el consejero electoral Benito Nacif afirmaba que, por el contrario: “Los votos nulos simplemente se hacen a un lado (…) Los partidos pueden mantener su registro” (Excélsior, 11/VI/09). El viernes, Leo Zuckermann corrige a Nacif a partir de lo expresado por Merino (Excélsior, 12/VI/09). Jesús Cantú, también ex consejero del IFE, ratifica la posición expresada por Merino (Proceso, 15/VI/09).

Extraña disyuntiva: ¿a quién creerle, a los ex consjeros Merino y Cantú o al consejero Nacif? Conozco a los tres desde hace años y guardo por ellos amistad y respeto profesional. Pero ese no debe ser el criterio para definir a quién daba creérsele. Mejor revisar lo que estipula la normatividad. El artículo 32 del Cofipe señala: “Al partido político que no obtenga por lo menos 2% de la votación en alguna de las elecciones federales… le será cancelado el registro”. ¿Cuál votación? ¿La emitida, la válida, la efectiva? El artículo 32 lo aclara en un párrafo posterior: se trata de “la votación emitida en alguna de las elecciones federales”. Es decir, si un partido no obtiene 2% de la votación emitida en esta elección, perdería el registro. Queda por precisar cómo se determina la votación emitida, ¿incluye los votos nulos y los emitidos por candidatos sin registro o se excluyen y quedan sólo los destinados a un partido político o coalición? El artículo 12-1 define la votación total emitida como “la suma de todos los votos depositados en las urnas”. Es decir, los votos emitidos por un partido, por un candidato no registrado y los nulos. Pero también incluye otra definición, denominada votación nacional emitida, definida como “la que resulte de deducir de la votación total emitida, los votos a favor de los partidos políticos que no hayan obtenido 2% y los votos nulos”. Viene entonces una gran duda. El artículo 32 habla de votación emitida, pero no define si es total (con votos nulos) o nacional (sin votos nulos). También así lo hace al artículo 101, relativo a la pérdida de registro de los partidos. Eso hace la mar de diferencia con respecto al efecto del voto nulo: una definición del voto emitido (nacional) no afectaría la composición de la Cámara baja, pero la otra definición del voto emitido (total) sí lo haría, con potencial de eliminar uno o más partidos que, dependiendo del número de votos nulos, no lograran preservar su registro. ¿A cuál de las dos definiciones se refieren los artículos 32 y 101, ya que sólo hablan de votación emitida, sin especificar si total o nacional?

El TEPJF ha despejado esa duda en una de sus tesis relevantes, aprobada por unanimidad. La define como “el total de votos depositados en las urnas sin deducir los votos declarados nulos y, por tanto, se confirma la convicción de que dichos votos se constituyen parte integrante de la votación total emitida, toda vez que, de no ser así, el legislador hubiere plasmado como condición (para preservar el registro) el que se alcanzara por lo menos 2% de la votación válida y no de la emitida” (Votación emitida: concepto. Sup-Jrc-062/97). Es decir, para calcular el 2% que exige la ley para preservar o perder el registro de los partidos la votación emitida incluye los votos nulos, según el Tribunal. De lo que se infiere que, como asegura Merino, a mayor número de votos nulos, menor la probabilidad de los partidos emergentes de preservar su registro. Así pues, de acuerdo con esta tesis del Tribunal, el voto nulo —dependiendo de su magnitud— sí podría tener un efecto importante sobre la composición de la Cámara baja (el número de partidos que la conforman), aunque no en la distribución de curules de los que sí hayan preservado o alcanzado su registro. Es decir, todo lo que se ha dicho en este debate sobre la futilidad y carácter fantasmagórico del voto nulo habría perdido su fundamento y veracidad. Tendría, pues, repercusión sobre la composición de la Cámara baja, contrariamente a lo que se nos ha dicho hasta ahora.

Por otro lado, según el artículo 295 del Cofipe, en los distritos donde éste supere la diferencia entre primero y segundo lugares, todos los paquetes serán abiertos y sus votos recontados para dar mayor transparencia y certeza al resultado. Justo lo que no se hizo en la elección de 2006. De haber existido esta disposición en la pista presidencial de aquel año, en 25 de los 300 distritos se hubieran recontado todos los votos (lo que de cualquier manera no hubiera despejado las dudas sobre la elección presidencial, pues su resultado no se define a partir del número de distritos legislativos ganados, sino de la mayoría de votos en una sola circunscripción nacional). En suma, durante el debate sobre cómo puede usar el elector su voto en estos comicios, prevalecen dudas y confusión sobre lo que implicaría la anulación del sufragio. Por lo cual, el IFE debiera pronto despejar esa incógnita con toda precisión y veracidad —en particular el efecto del voto nulo sobre el registro de los partidos—, de acuerdo a lo establecido por la normatividad aplicable. De esa forma, el elector podrá valorar los efectos de cualquiera de las opciones que contempla la ley —y, por ende, legítimas e institucionales— antes de decidir por alguna de ellas, incluidas el voto nulo y la candidatura no registrada (que no son abstención, como pretenden los partidos políticos, hoy unidos en torno a la defensa de sus enormes intereses comunes).